miércoles, 13 de mayo de 2009

Sobre la Obra

“Morir”
(una comedia negra)

En "Morir", el autor catalán Sergi Belbel agrupa siete episodios diferentes pero unidos por una idea común: la muerte como episodio banal. Se podría decir que el autor hace una mirada a la vida a través de situaciones que involucran a la muerte.
Desarrollo Argumental de la Obra
La obra se divide en dos partes: "morir" la primera y "no morir" la segunda. En esta última se repiten las situaciones y personajes de la primera, pero se producen un giro dramático que cambia el destino de los personajes.
En la primera secuencia, un escritor deprimido y bloqueado discute con su mujer en la cama acerca de una nueva idea para un guión cinematográfico. A su esposa la idea no le parece nada convincente y mientras discuten el escritor sufre un infarto fulminante. En la segunda, tiene lugar una feroz pelea entre un cocainómano y su hermana, que reclama su asentimiento para internarlo en una clínica de rehabilitación. Después de que la hermana se va, el cocainómano toma su polvo desesperadamente y muere de una sobredosis. En la tercera, una madre autoritaria y obsesiva obliga a su hija pre-adolescente a comer. Esta, hastiada del acoso de su madre, come con desesperación y se atraganta con un hueso en la garganta. En la cuarta, un paciente cargoso, con varias fracturas como resultado de una caída, molesta insistentemente a su enfermera. Finalmente cuanto ésta logra librarse de él, el enfermo expira luego de frenéticas convulsiones. En la quinta, una vieja maniática, molesta telefónicamente a una prima, mientras toma pastillas con alcohol. Pero en un momento en que le concede una tregua, recibe el anuncio de que su hijo tuvo un accidente. La noticia, sumada al efecto de la mezcla de los fármacos y el whisky hace lo suyo, y la vieja se muere. En la sexta, una pareja de policías de ambos sexos, que están juntos por razones de servicio pero no se soportan, reciben la orden de ir a determinado lugar en su patrullero. La mujer, que está al volante, conduce alocadamente pese a las protestas de su compañero y termina por atropellar a un motociclista que muere por el impacto. Entre ambos policías se entabla una agitada discusión sobre qué hacer y cómo denunciar el accidente. En la séptima y última secuencia, un asesino a sueldo irrumpe en la casa de un ejecutivo, y lo espera durante dos horas con intención de matarlo. Cuando finalmente llega, el asesino se burla de la fe de su víctima y le propone que se comunique con Dios para salvarlo. Muy previsiblemente, Dios no se hace presente y el encuentro termina con un disparo que pone fin a la vida del ejecutivo.
Todo esto conforma la primera parte de la obra. En la segunda, todos los episodios son revisados y presentados con escasas variaciones. El dolor del ejecutivo pasa y no es un infarto, al cocainómano le roban la cocaína y no puede drogarse, el episodio del hueso atracado en la garganta de la niña pasa sin mayores consecuencias, la vieja maniática sigue impertérrita con su histeria, el motociclista sobrevive al accidente, el ejecutivo habla "con la voz de Dios" a su ejecutor y éste impresionado, desiste de cometer el crimen. En suma, la muerte no acude a la cita.
Cabe resaltar, que la directora de la obra en el Perú, Marianne de Pury, ha hecho aportes considerables para darle un giro original e innovador a esta propuesta

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